Antari, plataforma de medicina no presencial de GMV, retrasa la progresión de la fragilidad en personas mayores

Los servicios de Geriatría de los Hospitales de Getafe y Albacete, referentes a nivel nacional e internacional, han participado en un proyecto de investigación europeo (FACET) para el seguimiento médico en domicilio, de personas mayores con fragilidad. La multinacional tecnológica GMV ha coordinado técnicamente el proyecto, usando su plataforma de medicina no presencial Antari®. Este producto de GMV permite que el médico pueda prescribir de forma remota un plan terapéutico y personalizarlo según la evolución del paciente en su hogar, monitorizándolo de forma continua.

El ensayo clínico (prospectivo, aleatorio y ciego) se ha prolongado durante 1 año y ha estudiado la evolución de varones con una media de edad de 82 años y mujeres con una media de 65 años monitorizándolos para detectar el inicio de la fragilidad y evaluar su evolución. Se han dispuesto en sus domicilios sensores para registrar una serie de variables relevantes con los que medir la fragilidad tales como: ejercicio físico realizado (velocidad de la marcha, potencia en las extremidades inferiores, etc.); adherencia al plan terapéutico o seguimiento de la dieta recomendada.

Como resultado de la investigación se ha realizado un informe sobre fragilidad, es decir sobre el estado de aquellas personas con mayor riesgo de sufrir deterioro funcional y progresar hacia la discapacidad o sufrir eventos adversos (caídas, hospitalizaciones frecuentes, etc.). Del ensayo se desprende que las personas monitorizadas a distancia con la plataforma de telemedicina experimentaron un retraso en la progresión de la fragilidad, así como en las transiciones hacia ella a partir del tercer mes de observación (de no frágil a frágil).

Asimismo, se ha disminuido el uso de recursos sanitarios, gracias a que los médicos han podido seguir los cambios en el estado funcional del paciente y prescribir planes terapéuticos acordes con la evolución de su proceso principal y de los concomitantes que el individuo pudiera padecer. El ejercicio físico, recomendaciones nutricionales adaptadas a las necesidades de las personas mayores y seguir el plan terapéutico prescrito en cada caso marcan la diferencia en este colectivo, consiguiendo retardar la fragilidad y/o incapacidad.

Igualmente, el uso continuado de la plataforma motiva a las personas, les da confianza y herramientas con las que gestionar su estado sin necesidad de acudir a la consulta del médico o del profesional sanitario encargado de su control y seguimiento.

Asimismo, el informe concluye que, además de los beneficios en salud de las personas monitorizadas, el sistema de medicina no presencial ha sido bien aceptado por los sanitarios, incorporándolo en su rutina de trabajo.

Como ha explicado el doctor Carlos Royo, director de estrategia de Salud de Secure e Solutions de GMV, la plataforma de medicina no presencial Antari® Professional Care para la gestión clínica de personas mayores y personas en estado de pre-fragilidad, incorpora «planes terapéuticos e intervenciones personalizados (algoritmos nutricionales, medicación, planes de ejercicio físico) para el cuidado integrado, coordinado y continuado, involucrando a todos los implicados (médicos y pacientes)». Asimismo, GMV ha desarrollado la tecnología necesaria para garantizar la privacidad de los datos que se han manejado en la investigación, acorde a lo dispuesto por las distintas normativas vigentes. Cabe destacar, que FACET «es uno de los pocos ensayos clínicos (RCT, Randomized Controlled Trial) en materia de fragilidad a escalas nacional e internacional».

Datos, sensores y alertas

Para monitorizar a los pacientes se instalaron en su domicilio una serie de sensores: en una cinta sobre el suelo que utiliza ultrasonidos para medir la velocidad de la marcha, en una silla para registrar el número de veces que se levanta y se sienta en 30 segundos. Diariamente el paciente consultaba en su aplicación móvil (tablet) los ejercicios que tenía que realizar y los resultados llegaban a los sanitarios. Los sensores se conectan vía bluetooth a la tablet y cuando la persona camina al lado de la cinta éstos envían información sobre el tiempo que ha tardado en hacer todo el recorrido; o en el caso del ejercicio realizado con una silla, los sensores instalados en ella remiten información acerca del número de veces que el individuo se levanta y sienta en 30 segundos.

La plataforma de medicina no presencial de GMV permite tratar datos y proporcionar información del estado del paciente ─tanto fisiológica como de comportamiento, nutricional, funcional y cognitiva─ con los que el médico puede realizar un seguimiento continuo y adaptar, de forma pertinente, el tratamiento según las evidencias desprendidas. Los datos se obtienen con sensores que permite al especialista sanitario conocer el estado del paciente de forma continua y sin que éste se mueva de casa.

Asimismo, como explica el doctor Royo, en la plataforma «se ha configurado un sistema de alertas, combinando todo tipo de parámetros, tanto cuantitativos como cualitativos, para avisar al profesional cuando hay algo que no está bien y dar lugar a que el médico pueda actuar». Por ejemplo, mediante un panel de biomarcadores, se lleva a cabo un monitoreo preciso y objetivo de los cambios en los patrones dietéticos asociados con el riesgo de fragilidad.

Fragilidad, reto europeo

El concepto sanitario de fragilidad, con el que se define un estado de especial vulnerabilidad de las personas de edad avanzada cuyo riesgo de discapacidad puede llegar a ser elevado, ha surgido en las últimas dos décadas y es uno de los más innovadores dentro del campo de la salud y las ciencias sociales. Este concepto supone un reto al que han de enfrentarse los sistemas sanitarios.

Reconocer y entender la fragilidad supone un cambio de mentalidad, pasando de las estrategias centradas en el tratamiento de las enfermedades a otras basadas en la detección e intervención en fases tempranas del deterioro funcional. Más del 40 % de los adultos mayores de 50 años experimentan alguna limitación funcional, alrededor del 40 % de la población de edad avanzada puede ser identificada como prefrágil y el 15 % como frágil o ligeramente discapacitada. Los sistemas sanitarios han de enfrentarse a esta realidad y, consciente de ella, la Unión Europea ha puesto en marcha investigaciones como el proyecto FACET, que persigue mejorar la calidad de vida de 13,05 millones de personas, en el que ha participado GMV con una versión adaptada de su plataforma de medicina no presencial Antari® Professional Care.

GMV ha trabajado en la investigación promovida por el EIT Health, además de con los Hospitales de Getafe, Albacete, y la Fundacion de Investigación Biomédica de Hospital Universitario de Getafe con otras entidades y empresas como Abbott, la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Aberystwyth y Quirón Prevención. Se ha trabajado con el objetivo de mejorar la calidad de vida de 13,05 millones de personas. Para más información: https://eithealth.eu/project/facet/

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