La tecnología alarga la edad de jubilación en Hollywood

El pasado noviembre Netflix estrenaba con éxito la película ‘El irlandés’, producida y dirigida por Martin Scorsese, y basada en el libro biográfico ‘I heard you paint houses’, de Charles Brandt. El reparto de lujo compuesto por Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci narra la historia de Frank Sheeran (De Niro) un camionero que se vuelve asesino a sueldo para el mafioso Russell Bufalino (Pesci) y el líder sindical Jimmy Hoffa (Pacino).

Three headed monster ayudó a rejuvenecer a los actores de "El irlandés"

Más allá del reparto, Scorsese ha elegido a la empresa Industrial Light & Magic (ILM) para la producción de los efectos visuales (VFX) y gráficos generados por computador (CGI). Fundada en 1975 por George Lucas, la empresa es la encargada, o ha participado, en los efectos visuales de las super-producciones más conocidas de Hollywood: Star Wars, Titanic, Jurassic Park, Harry Potter, Piratas del Caribe, Avengers, y un largo etcétera de títulos por todos disfrutados. Esta empresa es una de las grandes productoras de VFX de los Estados Unidos, con una facturación anual de unos 450 millones de dólares. Cifra que palidece si se compara con los 259 mil millones de dólares en los que se valoró en 2018 la industria de la animación, de los efectos visuales y del videojuego. Una industria con un crecimiento exponencial en los últimos años gracias a la disponibilidad de acceso económico a Internet, la penetración de los teléfonos inteligentes, y los sistemas de vídeo bajo demanda.

Quizá sea porque es una intersección perfecta entre arte y tecnología, y esto fomenta la creatividad, pero la realidad es que la industria de los efectos visuales es una fuente constante de innovaciones como el coloreado de las secuencias de vídeo para dar tonos primaverales a escenas grabadas en enero, la simulación de fluidos para renderizar agua o explosiones, la inteligencia artificial para animar a un ejército de orcos donde cada uno dispone de comportamiento propio, o la tecnología de captura de movimientos para animar un avatar virtual, por mencionar algunas.

En el caso de ‘El irlandés’, ILM fue la encargada de desarrollar un novedoso sistema para rejuvenecer a los actores. Para los que no hayan visto la película, esta tiene lugar entre el año 1949 y el año 2000, y se ambientan en diferentes momentos de la vida de los personajes. En ella podemos encontrar por ejemplo, un Pacino con 39 años. Hasta que ILM recibiera el encargo, principalmente existían dos tecnologías para rejuvenecer a los actores.

La primera tecnología consiste en crear un doble virtual del actor, con las imágenes capturadas del rostro del actor realizando diferentes movimientos faciales. El sistema de cámaras Mova es un ejemplo de este tipo de sistemas. Una vez generado el doble virtual del actor, este se superpone a la imagen del actor, y es el equipo de producción el que anima el doble manualmente, modificando sus características. Este sistema tiene la desventaja que la interpretación pierde realismo y autenticidad, ya que no es un actor quien interpreta, sino un equipo de técnicos el que manualmente anima el doble virtual. Por ejemplo, la película ‘El curioso caso de Benjamin Button’ con Brad Pitt fue generada de esta manera. El proceso completo tardó dos años en completarse, y necesitó más de 155 personas.

Imagen El Irlandés

 

En la segunda tecnología, igual que en la anterior, se empieza creando un doble virtual del actor, a partir del escaneo de su cara, y modificándolo con imágenes de actuaciones previas. En este caso, sin embargo, para animar al doble virtual, lo hace el propio actor a partir de sus expresiones faciales. Para ello se le equipa con un dispositivo de captura de movimiento que consiste en un casco con varias cámaras enfocándole a la cara, y marcadores (puntos dibujados) en la cara. El dispositivo captura el desplazamiento de esos puntos en su rostro, y anima consecuentemente el doble digital. Este sistema tiene la desventaja que ciertas expresiones faciales se pierden (precisión de los marcadores), y por lo tanto la calidad de la interpretación se reduce. Además, obligas al actor a llevar durante el rodaje un casco con varias cámaras, y la cara llena de puntos, lo que dificulta su interpretación. La recientemente estrenada película ‘Gemini Man’ con Will Smith, utiliza este sistema.

En ‘El irlandés’ Scorsese quería que sus actores pudieran interpretar libremente sin llevar equipos colgando y marcadores en la cara, y que no se perdiera ni un solo detalle de su interpretación. Así que ILM se puso a desarrollar un nuevo sistema compuesto de 1) un conjunto de cámaras que cariñosamente durante el rodaje se llamó el ‘monstruo de las tres cabezas’ (‘three headed monster’), y 2) un software de procesado de imágenes llamado Flux.

La plataforma de cámaras dispone de diferentes elementos. Situado en el centro, una cámara de producción RED Helium 8k para grabación de la secuencia de vídeo. A sus dos lados se disponen dos cámaras ARRI Alexa mini de alta resolución, modificadas para registrar únicamente la luz infra-roja, y sincronizadas con la cámara central. A estas cámaras se les llama ‘cámaras testigo’ (o witness camera). Este sistema captura la actuación facial del actor desde dos ángulos generando una imagen estéreo infra-roja. La escena también es iluminada con focos infra-rojos, para evitar sombras en ese espectro, luz que además es invisible para la cámara de producción. Esta iluminación ayuda a las cámaras testigo a capturar mejor la información volumétrica de la cara del actor sin usar marcadores.

Adicionalmente a estas tres cámaras, existe un proceso previo de preparación dónde se realiza un escáner con LIDAR para obtener la posición exacta de todos los puntos de luz natural y artificial, y se captura en HDRI toda la escena para obtener la intensidad y el color de la luz de dichos puntos.

Todo este conjunto de datos se obtiene para cada fotograma (frame) de la secuencia que se esté filmando, y se envía al software Flux para su procesado. Este software combina las imágenes infra-rojas con la imagen real, la iluminación de la escena y el sombreado, para crear una máscara (o malla) virtual superpuesta a la cara real del actor. Esta malla es un modelo geométrico de la cara del actor para cada imagen, y se usa para deformar el doble digital joven del actor.
 

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Este doble digital se crea previamente con dos equipos comerciales 1) Medusa de Disney, para la captura de cientos de poses de la cara del actor, y 2) el software Light Stage para obtener la piel, textura y detalles de porosidad. A partir del doble digital contemporáneo, se crean cuatro modelos para cada actor en diferentes edades. Básicamente pintando texturas, poniendo o quitando arrugas, etc.

Imagen proceso 3

 

Aunque el software Flux es un brillante ejemplo de fusión de datos, también ha habido bastante trabajo manual de post-producción para corregir discrepancias en el doble joven de los actores. Para ayudar en este proceso manual de post-producción, ILM creó dos herramientas.

En primer lugar, un catálogo o repositorio de imágenes y vídeos de la carrera cinematográfica de cada actor con detalles de la nariz, boca, ojos, etc. Este catálogo es una referencia detallada que en post-producción se puede utilizar para incorporar elementos faciales ‘jóvenes’ en las secuencias donde se necesite.

En segundo lugar, se creó una herramienta que usa el aprendizaje máquina para escanear el repositorio y localizar la imagen o secuencia de vídeo que más se parezca a la secuencia que se esté trabajando, según varios criterios como: iluminación, ángulo, ojos, etc. El acceso rápido a estas imágenes ayuda al equipo de post-producción a corregir las discrepancias generadas por Flux.

 

Imagen catalogo

 

Entre las principales ventajas de este nuevo sistema creado por ILM es que no es intrusivo, y se puede usar para planos cercanos donde capturar la actuación es importante, a diferencia de otros sistemas de rejuvenecimiento usados hasta el momento donde el énfasis está en la acción. Además, permite al actor grabar de manera natural en la escena, con el resto de actores, y no en un plató especial de captura de movimientos, o cargando cascos especiales con la cara pintada de puntos.

Quizá la película no nos haya gustado, y podremos estar más o menos de acuerdo con las acciones de Netflix para poder participar en los Oscar, pero sin duda ILM se ha sacado de la chistera una nueva técnica que ha llegado para quedarse. Quién sabe si en el futuro se podrá miniaturizar y automatizar aún más, e incorporarla en nuestros teléfonos móviles. Sin duda sería el filtro más utilizado por muchos en Instagram.

Autor: Víctor Gaspar Martín

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