Desde el inicio de la pandemia en la que estamos inmersos actualmente, toda la población ha tomado conciencia (aún más si cabe) de la importancia crucial del transporte de mercancías para mantener nuestra sociedad funcionando correctamente: entregando puntualmente mercancías a los supermercados (que estaban conociendo por primera vez desabastecimientos por la “intranquilidad” de los clientes), asumiendo un drástico crecimiento del e-commerce para entregar a domicilio las compras a una población confinada, etc…

Es en estos momentos cuando cobra una vital importancia la disponibilidad de un servicio de gestión telemática de flotas moderno en la empresa de transporte.

La telemática en el sector del transporte lleva presente más de 20 años, pero lamentablemente aún no está implantada de forma generalizada ni todas las implantaciones existentes son capaces de cumplir los requisitos de los clientes, cada vez más crecientes y exigentes, que les permitan afrontar retos como el que se han vivido en los meses pasados. Y todas las empresas del sector lo necesitan: ni siquiera las empresas pequeñas y familiares pueden a día de hoy sostener que “no necesitan un servicio de gestión de flotas porque los conductores son de confianza”. En absoluto: las razones para incorporar a las herramientas diarias de la empresa los servicios telemáticos van mucho más allá del peyorativo “control” de los vehículos para fiscalizar a los conductores.

Una empresa que disponga de telemática embarcada podrá disponer de información para la optimización de su negocio ya que conocerá la ubicación de sus vehículos en tiempo real, dónde se dirigen, si tienen algún retraso respecto a la ruta planificada (lo que le permitirá informar a sus clientes para evitar tiempos muertos en las zonas de carga/descarga) o incluso si han tenido una incidencia (lo que le dará capacidad de reacción para enviar algún refuerzo) o accidente; en este último caso será el equipo el que pueda lanzar una alerta de inmediato indicando localización y gravedad del accidente. Los equipos de GMV permiten un análisis de la dinámica del accidente que facilitan una reconstrucción del mismo, integrando información tanto del equipo embarcado (posición, velocidad, aceleraciones) como del vehículo (testigos de mal funcionamiento encendidos…).

Además, si integramos en el camión distintos sensores conectados al equipo embarcado enriqueceremos la información de posición añadiendo mucho más valor, por ejemplo:

• ¿Cuándo, dónde y por cuánto tiempo se abrieron las puertas del remolque?
• ¿Se excedieron los límites de temperatura de la carga, que puedan afectar a los activos transportados?
• ¿De cuánto tiempo de conducción legal dispone el conductor antes del siguiente descanso?
• ¿Consumo más combustible del habitual en una ruta?
• Etc…

Además, la empresa que pueda facilitar dicha información a su cliente de forma que le aporte transparencia y seguridad tendrá una gran ventaja frente a sus competidores. Y más aún: la empresa que pueda integrar esa información en su backoffice como si ambos fueran una única plataforma, y así aportar valor para la toma de decisiones, tendrá las herramientas para adaptarse y sobrevivir.

Autor: Ramón Dávila Ruiz