La aportación de GMV por la diversidad: #mujeresciber
El bajo porcentaje de mujeres con estudios técnicos y tecnológicos justifica que, en el sector TIC, solo se cifre en un 25% su participación. En el caso concreto de la ciberseguridad, la media global asciende a un 11% (7% en Europa, en Norteamérica el 14% y en Asia el 8%) según el Global Information Security Workforce: Women in Cybersecurity.
Esta realidad merece la puesta en marcha de medidas específicas e innovadoras para equilibrar las plantillas. GMV, como explicó en el evento “#mujeresciber. Edición 3.0”, Patricia Tejado, Directora de Servicios Públicos Digitales de GMV, está impulsando distintas iniciativas encaminadas a “conseguir más candidaturas femeninas como la ampliación de los canales de búsqueda de candidaturas; la promoción de la empresa como garante de la Igualdad entre mujeres y hombres; la firma de convenios con centros de formación y universidades para participar en la formación específica con la que habilitar a las mujeres para ocupar puestos en los que están infrarrepresentadas, entre otras”.
Si bien el gap de género existente en la industria de la ciberseguridad es un fenómeno mundial, el reto a nivel global es llegar a corto plazo, al menos, a una representación femenina del 20%. Iniciativas como “la alianza CEO por la Diversidad-Equidad e inclusión, cuyo objetivo es impulsar la innovación en estrategias de diversidad, equidad e inclusión en las empresas españolas, compuesta por 63 organizaciones con la representación de 9 mujeres, entre ellas una de GMV, contribuyen a avanzar hacia el porcentaje ideal del 50-50%”, señala Tejado.
Ante la baja participación de mujeres estudiando carreras técnicas, abordar la situación desde la raíz es necesario, como explicó la directiva de GMV “hemos de acercarnos a los alumnos antes de que tomen su decisión sobre qué estudios cursarán”. Asimismo, hay que transmitir confianza para erradicar creencias como la extraída por un informe del SWIFT (Supporting Women in Information Technology) de Vancouver donde se concluye que “las mujeres tienden a creer que no tienen el conjunto de habilidades necesarias para tener éxito en el campo de la informática”. Otro de los impulsores referentes es el entorno familiar, se ha podido comprobar que, “en países como India o Malasia el entorno familiar y social ha ejercido un papel importante alentando a los jóvenes, sin distinción de género, a estudiar carreras con la informática con amplia salida profesional” concluyó la directiva.
De igual forma, la propia tecnología debe ser inclusiva porque, como comentó Tejado hay casos concretos en los que “se han identificado tecnologías de ciberseguridad que ponen de manifiesto la necesidad de contar con equipos diversos que reduzcan al máximo posibles sesgos. Así, se detectaron sistemas de reconocimiento biométrico facial con problemas en la detección de caras de mujeres o personas de color”.
#mujeresciber. Edición 3.0” es un evento organizado anualmente por el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE) y que este año ha contado con la colaboración de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Gobierno de Canadá.