Decía el autor Xavier Marcet en un artículo publicado en el diario La Vanguardia en 2019 que «se hace difícil estudiar una cultura corporativa porque es un ecosistema vivo de comportamientos, valores, expresiones, formas de tomar las decisiones y de entender los liderazgos». Creo que este párrafo resume muy bien cuál es el reto cotidiano de la comunicación en las grandes empresas: transmitir la cultura corporativa y el valor único y diferencial que aporta la empresa en su ámbito o ámbitos de negocio.

Si hay algo que esta pandemia nos ha dejado claro es que la comunicación forma parte de la esencia intrínseca del ser humano. Este es uno de los motivos por el que tiene que ser un valor dentro de las compañías que debe ser cuidado. Aunque en ciertas ocasiones se tenga la noción de que la comunicación no repercute en los resultados de negocio, es importante contar con la idea de que la comunicación, como muchos otros factores, es un intangible que determina directamente la reputación de una compañía y le aporta valor.

Han pasado casi tres años desde que me incorporé al equipo de Marketing y Comunicación Corporativa de GMV y, desde entonces, cada día en la compañía es diferente. Como bien habéis podido ver quienes nos seguís, GMV es una empresa de estructura compleja porque abarca muchos sectores. Muchos de ellos casi de ciencia ficción. Por ello, transmitir lo que hace GMV es un gran reto. Siendo precisamente esto lo que, bajo mi punto de vista, lo hace tan interesante y tan enriquecedor.

El contexto actual en que vivimos te hace ser consciente de que el mundo y los avances tecnológicos no se frenan, por lo que la comunicación de una empresa tecnológica como GMV no sólo debe estar a la altura de las circunstancias, sino que también tiene que saber anticiparse (en la medida de lo posible) a esos avances. También estamos presenciando muchos cambios en la comunicación, concretamente con la irrupción de las redes sociales que se han ido convirtiendo progresivamente en nuevos canales para compartir contenido y conocimiento.

Si algo he aprendido durante estos años en GMV es lo que reza aquella famosa frase: «Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado». La colaboración con los distintos departamentos y sectoriales de la compañía es un factor fundamental para poder comunicar eficientemente tanto interna como externamente. Los diferentes interlocutores nos ayudan a formarnos, a crecer en conocimientos y a entender los conceptos más técnicos para poder comunicarlos a todos los públicos de interés. Además, nos ayudan a entender cuáles son los objetivos de cada proyecto o iniciativa y, sobre todo, a empatizar con ellos.

Desde el departamento buscamos entender bien lo que se hace desde los distintos y apasionantes sectores, poner nuestro conocimiento y sumarlo a nuestra experiencia en GMV para hacer que otros entiendan nuestro mensaje. Esto hace que nuestra profesión necesite una formación constante y el margen de aprendizaje no tiene límites.

Añade Xavier Marcet en el mismo artículo que «los edificios, las páginas web, las publicaciones muestran rasgos culturales interesantes, pero la expresión cultural por excelencia la encarnan las personas». Así, la colaboración con los departamentos corporativos también es una de las piezas necesarias para que el «puzzle» de la comunicación encaje.

Podríamos decir, entonces, que la cultura empresarial no son sólo los grandes hitos de GMV, sino también el conjunto de historias de cada una de las personas que hay detrás de los grandes e innovadores proyectos de la compañía.

Además de la estrategia, los conocimientos técnicos y la colaboración entre equipos, el reto de comunicar también plantea la necesidad de ser creativos. Desde GMV, para su consecución, necesitamos la aportación gráfica, ya que permite que todas las ideas, mensajes e iniciativas tomen forma. No se trata únicamente de crear ideas, sino también de darle una nueva vida a las ideas o mensajes ya desarrollados. En este ámbito, también hay un equipo de personas en GMV que aportan su granito de arena para trabajar en un objetivo común: mejorar y cuidar cada día la imagen de marca.

Una de las mejores cosas de trabajar en GMV es que sientes que aportas algo a la sociedad. Y aunque desde el departamento de comunicación no trabajemos directamente en los interesantes desarrollos en los que trabajan nuestros compañeros (tecnología para controlar los satélites desde la tierra, tecnología que pilota misiones de defensa planetaria, proyectos de detección y control de residuos en el mar, tecnología para mejorar los procedimientos de radioterapia intraoperatoria, ciberseguridad, sistemas inteligentes para el transporte público del futuro, tecnología de posicionamiento de alta precisión para coches autónomos, proyectos de defensa y seguridad y un largo etcétera), nos sentimos parte de los mismos y vivimos y celebramos los hitos de los proyectos como si fueran nuestros.

Si tuviera que concluir cuál es entonces el reto de la comunicación desde una empresa tecnológica como GMV, diría que se centra en los pilares básicos de la comunicación humana: escuchar para entender, entender para empatizar, empatizar para transmitir y transmitir para liderar.

Autor: María Victoria Toledano Ruíz