Políticas específicas de innovación

En la mesa de innovación, moderada por Francisco Marín, el Premio Nacional de Innovación 2020 a la vez que miembro del FEI, anunció “la apertura de un debate que ocupará los próximos ocho meses y al que se invitará a expertos del ecosistema de la Innovación para imaginar, planificar y detallar los impactos de esos cambios imprescindibles para superar nuestra inadecuada posición”. En la misma también participaron Ezequiel Navarro, CEO del Grupo Premo y presidente de la Fundación Instituto Ricardo Valle; Ignacio García Fenoll, Subdirector General de Coordinación de la Innovación. Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN) y Marcos Pérez, Consejero Técnico de la secretaria general de Empresa, Innovación y Emprendimiento de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades de la Junta de Andalucía. 

Ante la petición realizada por Marín a los tertulianos de plantear propuestas para mejorar la posición de nuestro país en materia de Innovación, Álvarez-Gascón propuso comenzar con “un cambio de perspectiva”. El problema “está mal planteado y nos encontramos mal y frustrados por ello, porque llevamos mucho tiempo persiguiendo una situación distinta, mejor”. En España “se inventó el concepto de I+D+i y lo que en principio era algo bien encaminado, quizás nos ha despistado a la hora de diagnosticar adecuadamente”. Realmente, “es la innovación, lo que en nuestro país escribimos con “i” pequeña, la que hay que poner en mayúsculas”.

Ya en el primer tercio del siglo XX, “el economista Schumpeter ponía encima de la mesa un factor macro que explicaba el crecimiento económico a nivel micro: lo que nos permite competir, tener mejores salarios, es la innovación”. Porque, “no podemos hacer I+D y, luego, ver si somos capaces de transferir, realmente hay que invertir los términos”.

No se debe perder de vista que “los protagonistas son las empresas, y que para que pervivan en el mercado siendo competitivas, habría que eliminar, entre otras cosas barreras a la competencia, a la vez que no hay que olvidar la importancia del factor humano y su formación”.  

Refiriéndose al grupo de estudio del que han de salir propuestas para el Plan estatal 2024-2027, el moderador pidió sugerencias sobre el enfoque de pensamiento que debería tener. Para Álvarez-Gascón, primero habría que plantearse sobre el futuro de país que queremos de aquí a 10 años. En su opinión, “habría que desacoplar la innovación de toda la cadena de I+D+i y salir del perímetro de lo que convencionalmente se han considerado políticas de I+D+i, bajo una responsabilidad, clara, destacada y casi exclusiva a la hora de ejecutar, de un solo ministerio”. Porque, las políticas de Innovación se deben enfocar “de forma holística, no se pueden desconectar de la política industrial”.

A su vez, el directivo expresó el deseo de lograr que “en este país, en 2030, haya el doble de empresas innovadoras, según la encuesta del INE, y que la inversión privada se duplique respecto a la actual”.

Igualmente destacó el potencial que “la compra pública innovadora encierra un gran potencial junto con otros mecanismos”. Aunque, a veces “no identificamos que cuando se subvenciona un coche eléctrico, por ejemplo, procedente de otra geografía, estamos subvencionando la compra privada de innovación de otros países”. Por ello resulta necesario “centrar el diagnóstico y enfocar los instrumentos hacia el objetivo a través de una política transformativa: Innovación al servicio de los objetivos sociales”.

Acceso a la financiación internacional en Big Science y AeroEspacio

Por su parte, Miguel Ángel Molina participó en la iniciativa Boosting Zone, una serie de talleres que Transfiere incorporó al programa de esta edición 2022, para permitir a las comunidades autónomas compartir de manera más estrecha y experiencias con otros agentes de innovación español procedentes de ámbitos académicos como empresariales.

La ponencia de Miguel Ángel Molina tuvo lugar dentro del taller «Acceso a la financiación internacional en Big Science y AeroEspacio».

Comenzó presentando a la compañía, sus orígenes y destacando el primer trabajo diseñando misiones espaciales gracias a la adjudicación del primer contrato con el Centro de Operaciones Espaciales (ESOC) de la Agencia Espacial Europea (ESA). A continuación, fue presentando los hitos de la evolución que GMV ha experimentado en sus más de 35 años de trayectoria.

Miguel Ángel resaltó las dos principales áreas en las que GMV trabaja. Por un lado, el desarrollo del segmento terreno de misiones espaciales. Y, por otro, el segmento espacial con el desarrollo de subsistemas en aviónica y sistemas GNC de misiones espaciales. Destacando en ambos casos los proyectos más relevantes en los que se encuentra implicado: Galileo, Copernicus, Hera, Oneweb, Exomars,…

Asimismo, puso de relieve el liderazgo de GMV en investigación y desarrollo en el área de robótica espacial, tanto para las aplicaciones orbitales (in orbit servicing, in orbit assembly o active debris removal) como en las de superficie (exploración robótica).

Gracias al trabajo que desempeña en numerosos programas espaciales de la ESA como en proyectos de la Comisión Europea, destacando entre otros Galileo, GMV se ha convertido en la sexta empresa en términos de empleo y en la primera empresa dentro del segmento MIDCAP.

Durante su intervención señaló que el crecimiento de GMV se ha debido a varios factores entre ellos, la búsqueda y reclutamiento del talento, la inversión adecuada en I+D, la diversificación geográfica y la capacidad de transferir su conocimiento y tecnologías en el ámbito espacial a otros sectores como la defensa, IT (Ciberseguridad) o transporte.

Como punto final, en el taller se abordaron aspectos relevantes relacionados con las posibilidades de financiación pública en los sectores aeroespacial y científico. GMV dio su visión y recomendaciones al respecto, haciendo hincapié la importancia de dar continuidad a las inversiones con el apoyo público de I+D+i y de reforzarlas para alcanzar una contribución similar al PIB europeo.

Además, se afirmó que el sector espacial seguirá creciendo a largo plazo y tanto la ESA como la Comisión Europea también seguirán esa tendencia esperando una ampliación de los programas espaciales europeos.