GMV lidera uno de los dos estudios pre-fase A del sistema rover europeo (EMRS). El proyecto se centra en encontrar la mejor solución para un posible rover europeo y su sistema de despliegue, para que, en el futuro, tenga la capacidad de desempeñar misiones de exploración en distintos lugares de la superficie lunar. Para ello, el equipo EMRS liderado por GMV (OHB, AVS, HTR, DLR) se ha decantado por un enfoque modular en el que sea posible añadir o retirar distintos módulos y cargas de pago del rover con el menor número de modificaciones. EMRS ha sido diseñado para su uso en misiones del Polar Explorer, el Astronomical Lunar Observatory, de reutilización de recursos in situ (ISRU) y otras misiones geológicas no polares (por ejemplo, en el ecuador).

En tan solo nueve meses, la solución modular del equipo EMRS de GMV ha demostrado no solo su idoneidad para ser utilizada en las diversas configuraciones de las misiones, sino su capacidad para conseguir el equilibrio entre la versatilidad y el comportamiento óptimo del sistema, convirtiendo su flexibilidad en el punto fuerte de su diseño.

La solución propuesta por el equipo de EMRS ha sido probada en dos instalaciones análogas, el PEL (laboratorio de emisividad planetaria) del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y en el SPoT (Surface Planetary Testbed) de GMV, el primero análogo a la superficie de la Luna y el segundo a la de Marte. Los resultados de las pruebas indican que la solución propuesta para el sistema de locomoción puede atravesar terrenos difíciles, subir cuestas de más de 25 grados de inclinación y superar diversos obstáculos sin que ello afecte a su desempeño tanto en el regolito lunar como en el marciano.

Las pruebas de excavación han demostrado, además, su capacidad para recoger el regolito lunar, imprescindible para habilitar la vida humana en la Luna.

El proyecto EMRS de GMV demuestra la utilidad e idoneidad de un enfoque modular en el diseño del rover a la hora de hablar de la futura exploración de la Luna.