Tecnología y valentía para una salud digital equitativa de calidad

Dia de la salud

Tú, enfermo crónico, o familiar de uno, ¿recuerdas cuando teníais que viajar con la medicación a cuestas para pasar tus vacaciones en otra comunidad autónoma? O tú, buen hijo, ¿retienes tu imagen llevando los informes médicos de tus ancianos padres bien organizados en una carpeta, por si sufrían un arrechucho en su casa de vacaciones? Como a medida que cumplimos años el tiempo se escapa como el agua entre los dedos, puede que creas que sucedió hace décadas, pero lo cierto es que no han transcurrido más que cinco años desde que todos los enfermos crónicos españoles podemos retirar nuestras medicinas en cualquier farmacia del país. También en 2019 se concluyó la integración de todas las CC.AA. en la Historia Clínica Digital, lo que les permite compartir información clínica relevante en soporte electrónico con cualquier servicio del SNS al ser solicitado por el ciudadano. 

Ambos logros muestran la voluntad y el consenso alcanzados en la gestión sanitaria para impulsar cambios en beneficio de la salud del ciudadano, materializados gracias a la tecnología digital. En el Día Mundial de la Salud, hemos de felicitarnos por ellos y ¿por qué no? aprovechar también para reclamar. Reclamar, por ejemplo, que este espíritu colaborador logre homologar la oferta de todas las farmacias hospitalarias, lo que libraría a los enfermos crónicos de tener que cargar con su medicina fuera de su C.A., a la vez que contribuiría a una sanidad equitativa para todos, viviéramos donde viviéramos. La digitalización de la salud no es solo cuestión de tecnología, también lo es de decisiones valientes y de tenacidad para lograr mejoras.

Impulso a la digitalización de la salud

El sector de la salud no figura entre los pioneros en abrazar la digitalización, como ocurre, por ejemplo, con el financiero, llevado éste por la necesidad perentoria de redefinir modelos lastrados con procesos poco ágiles y costes susceptibles de redimensión. El riesgo de quedar en el recuerdo ante la aparición de la banca nativa digital sirvió de acicate, como también estimuló a otros sectores, entre ellos el de la salud, la COVID19, favoreciendo la adopción de soluciones digitales y acelerando su transformación. Entre alguna de las consecuencias de este proceso cabe reseñar, como se desprende del informe de la Fundación IDIS “La experiencia del paciente digital 2021” centrado en pacientes con seguro médico privado, que cuanto más digitales son éstos, más monitorizan su salud y más sienten que mejora. De igual forma, en la sanidad pública se ha podido constatar que aquellas personas con mayor autocontrol de su estado de salud son las que más utilizan las herramientas digitales a su disposición, adoptando un papel más activo y consiguiendo una mejor evolución de su enfermedad. 

En el Día Mundial de la Salud, podemos felicitarnos por el papel de la tecnología digital en el cuidado de nuestra salud, sin olvidarnos de que su aplicación también debe acompañarse de programas formativos destinados a especialistas y a pacientes no nativos digitales, así como a personas con menos recursos. Porque para que la digitalización sea efectiva es fundamental que todos los pacientes crónicos posean un sólido conocimiento y habilidades digitales que les permitan aprovechar al máximo las herramientas disponibles. En este sentido, también nos felicitamos por la puesta en marcha de la Estrategia Digital de Salud 2021-26, que reconoce los beneficios de la digitalización del sector sobre la salud de la población española, así como la capacidad de las tecnologías digitales para hacer sostenible el sistema sanitario público, impulsando medidas concretas. Entre ellas, la capacitación e implicación de las personas en el cuidado de su salud, maximizar el valor de los procesos para asegurar la continuidad asistencial, adecuar la evolución del SNS a las exigencias de la sociedad actual, aplicando políticas de innovación orientadas a la medicina 5P (Poblacional, Preventiva, Predictiva, Personalizada y Participativa), la adopción de políticas de gestión y gobierno de los datos que permitan disponer de una información interoperable y de calidad, y la creación de un Espacio Nacional de Datos de Salud para la generación de conocimiento científico y la evaluación de los servicios.

HCE, IA y datos

Las herramientas digitales, entre otras cosas, permiten sacar partido a los datos de salud que se van recogiendo en la Historia Clínica Digital, permitiendo avances tanto en la aplicación de una medicina personalizada como en la investigación farmacológica. La IA es capaz de extraer información y generar conclusiones a partir de volúmenes gigantes de datos, puede ayudar a los especialistas en la elección de la terapia adecuada para cada paciente, incorporando diversos factores que inciden en su salud, tales como sus hábitos de vida o su genética, siempre y cuando se realicen los análisis correspondientes para conocer el legado de los padres. 

En el Día Mundial de la salud, también hemos de alegrarnos porque el Servicio Extremeño de Salud ha marcado un hito al incorporar en la HCE de todos los extremeños su análisis genético, lo que sin duda redundará en una mejora de la salud de la población y en la eficiencia al gestionar sus recursos. Lo ha hecho en el marco del proyecto MedeA contando con tecnología de Inteligencia Artificial de GMV para, como indica el Dr. Adrián Llerena, líder médico del proyecto, «facilitar en primera instancia qué medicamentos van a ser más efectivos para el paciente, conocer la mejor combinación de entre todas las posibles y las dosis más recomendables, así como qué fármacos debería evitar para eludir reacciones adversas y prevenir interacciones y fallos terapéuticos». También en este Día Mundial podemos pedir que este proyecto se haga extensible a los distintos sistemas de salud de nuestro país, con el objetivo de disponer de una política de salud equitativa para todos los españoles.  

Porque, ¿para qué seguir prescribiendo un medicamento de absorción deficiente por parte del enfermo que no mejora su salud generándole efectos secundarios al tiempo que supone un despilfarro económico?, O ¿cómo saber si un fármaco dispensado para mitigar los efectos del climaterio no reduce la eficacia del tratamiento de una paciente con una enfermedad crónica, llegando incluso a hacerlo inútil? Si cada paciente es único e irrepetible, no cabe pensar que una medicina puede provocar el mismo efecto en todas las personas, pero una sanidad digital de calidad y equitativa sí puede hacerlo. En el Día Mundial de la Salud, nos felicitamos por todo lo conseguido hasta ahora, con el deseo de que la valentía y la tenacidad continúen marcando la tónica de nuestros gestores. 

Autor: Maole Cerezo

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