Antes de contestar a esta pregunta deberíamos ponernos en contexto ya que, desde el análisis criptográfico durante la Segunda Guerra Mundial, basado en el concepto de la máquina de Turing, hasta los actuales sistemas de robótica avanzada, se han producido avances significativos tanto en la capacidad de cómputo como en la algoritmia que hay detrás del concepto de Inteligencia Artificial (IA).

La aplicación de IA en Defensa no es nada nuevo, si bien a veces los avances tecnológicos no son tan visibles como en el mundo civil, el uso de IA está suponiendo un incremento en las capacidades de los sistemas militares. Se podría decir que su adopción está siendo más progresiva que en el mundo civil, aunque la evolución de los conflictos y la aparición de nuevos espacios de información hacen cada vez más necesarios sistemas basados en IA que den soporte a la toma de decisiones y a los diversos procesos de analítica de datos.

Son muchos los campos de aplicación de la IA en los sistemas militares y desde hace décadas se aplica de distinta forma, aunque no fue hasta la década del 2000 cuando su uso se extendió, en gran parte debido a la rápida evolución de las tecnologías de la información. Algunos de los hitos más relevantes para esta revolución tecnológica han sido: la proliferación de la banda ancha y acceso a Internet de alta velocidad; la evolución de las redes móviles pasando de 3G a 4G y ahora a 5G, que ha incrementado la velocidad y capacidad de transmisión de datos habilitando aplicaciones avanzadas; y la aparición del concepto de nube, que está transformado la forma en la que los datos se almacenan, procesan y acceden, permitiendo una escalabilidad y flexibilidad sin precedentes. A todo esto, hay que sumar otros avances más específicos en procesamiento de datos como pueden ser, por ejemplo, el desarrollo de redes neuronales profundas que han permitido evolucionar los sistemas de aprendizaje automático; aplicaciones de reconocimiento de imágenes, voz, procesamiento del lenguaje natural, automatización y navegación autónoma; y un sinfín más de aplicaciones que en los últimos años han crecido de forma exponencial.

Hasta ahora había eludido entrar en el concepto de sistemas de inteligencia de datos, quizá por ser una de las áreas abstractas y más amplias. Los sistemas de inteligencia se enfrentan cada día a nuevos retos que hacen indispensable la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos de fuentes heterogéneas, con información estructurada y no estructurada. Para tratar con toda esta información y transformar esa cantidad ingente de datos en información útil y explotable, es necesario el desarrollo de herramientas para el descubrimiento de patrones, tendencias y también herramientas específicas para la visualización de datos. Estas plataformas de análisis de datos deben, sobre todo, permitir una toma de decisiones más informada. En esta parte cabría mencionar tecnologías multimodales que están transformando la manera en la que se interactúa con los datos, proporcionando interfaces más intuitivas y accesibles, que permiten al usuario consultar la información de la forma más efectiva y eficiente, hablamos de cuadros de mando interactivos, asistentes virtuales, realidad aumentada, sistemas automatizados y cualquier otro elemento que nos permita reducir el tiempo necesario para buscar, consultar o analizar los datos.

En el sector de defensa, estas tecnologías han llevado a la creación de sistemas más avanzados y eficientes, desde la vigilancia y el reconocimiento hasta la ciberseguridad y la logística militar. El área de operaciones genera una gran cantidad de información, y la IA garantiza poder filtrar esos datos y obtener información útil y más manejable. La IA y los sistemas autónomos están transformando las operaciones militares, mejorando la toma de decisiones y aumentando la capacidad de respuesta ante amenazas. Por ello, la industria militar debe seguir adoptando prácticas de la industria civil en el uso de IA para aprovechar al máximo las innovaciones tecnológicas y mejorar sus capacidades.

No obstante, hay algunas particularidades que se deben abordar previamente como son los desafíos éticos, legales y de seguridad que plantea el uso de IA en defensa. Esto último hace referencia al concepto de “Trusted AI” que se refiere al desarrollo y uso de sistemas de inteligencia artificial seguros, transparentes, responsables y éticos. Los sistemas de IA deben ser capaces de explicar sus decisiones, los procesos deben ser auditables y esto requiere establecer entre otras cosas un marco regulatorio y normativo para guiar el desarrollo y uso de IA en aplicaciones de defensa.

En GMV estamos viendo cada día como se están impulsando distintas iniciativas orientadas a impulsar el uso de IA. Tanto la Agencia Europea de Defensa (EDA) como la Comisión Europea a través de los Fondos Europeos de Defensa (EDF), están haciendo esfuerzos para definir una estrategia general que refuerce a Europa en materias de seguridad y defensa mediante el empleo de tecnología innovadora. Los EDF proporcionan financiación significativa para proyectos de investigación y desarrollo, incluyendo aquellos que se centran en tecnologías emergentes como la IA. El fondo se estructura en dos componentes principales: el primero es la investigación mediante el apoyo a proyectos de I+D, donde el EDF financia proyectos de investigación colaborativos que desarrollan tecnologías innovadoras y rompedoras en el ámbito de la defensa, en los que la IA es un área prioritaria dentro de estos proyectos; el segundo se centra en el desarrollo de capacidades de defensa a través de prototipos, destinados a llevar innovaciones desde la fase de investigación hasta su implementación práctica, financiando así iniciativas para mejorar las capacidades de defensa de los estados miembros mediante la integración de IA en sistemas existentes, como vehículos autónomos, drones, sistemas de mando y control, y más.

Y llegamos entonces al momento de contestar la pregunta que planteábamos inicialmente, ¿ha llegado la Inteligencia Artificial al sector de defensa? Y la respuesta es clara, siempre estuvo ahí, si bien es cierto que ahora se ha convertido en un elemento indispensable.  En los próximos años estamos seguros de que vamos a vivir una auténtica revolución en la que los sistemas tradicionales deberán coexistir junto con la tecnología más disruptiva. Estamos convencidos de que la IA tiene el potencial para trasformar el sector de defensa y este convencimiento se refleja en las iniciativas y programas ya mencionados que se impulsan desde Europa y en los que GMV participa y seguirá participando activamente.

Autor: Vicente Javier de Ayala