Inicio Comunicación Noticias Atrás Nueva búsqueda Date Min Max Aeronáutica Automoción Corporativo Ciberseguridad Defensa y Seguridad Financiero Sanidad Industria Sistemas inteligentes de transporte Servicios públicos digitales Servicios Espacio Espacio Proba-3 entra en su fase final de ensayos 03/11/2023 Imprimir Compartir Recientemente, la misión de demostración Proba-3 ha completado con éxito la campaña de ensayos ambientales. Esta campaña, que ha tenido lugar en Ottobrunn (Alemania), ha permitido comprobar que los diferentes equipos de la misión pueden aguantar tanto las condiciones que se generaran durante el lanzamiento como las condiciones térmicas una vez en órbita. Los ensayos se completaron con distintas pruebas de activación de distintos mecanismos que conforman la misión, así como la comprobación completa del sistema de propulsión. Proba-3, es una misión de demostración tecnológica de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo objetivo es demostrar tecnología de alta precisión del vuelo en formación entre dos plataformas en el espacio. La misión, cuyo lanzamiento está previsto en 2024, está constituida por dos satélites que, volando en formación, observarán una región del Sol normalmente oculta a la vista. Se trata de una misión especialmente ambiciosa, entre otros motivos por el alto grado de autonomía que implementarán los algoritmos a bordo y por las operaciones relacionadas y la coordinación requerida entre las dos plataformas que está previsto que se muevan muy cerca entre sí en el espacio. Proba-3 está siendo desarrollado por un equipo industrial, liderado por Sener y formado por más de 29 compañías de 14 países diferentes. En el marco Proba-3, GMV es responsable de uno de los sistemas embarcados más relevantes y complejo de esta misión, el subsistema de vuelo en formación (FFS), que incluye el diseño, el desarrollo y la validación del software embarcado de este subsistema en un entorno de simulación representativo del ordenador de a bordo y de las interfaces eléctricas. Asimismo, GMV es responsable de la provisión de los sistemas de monitorización y control de vuelo en las infraestructuras de tierra (Flight Dynamic System) cubriendo la determinación de orbita y predicción de eventos y maniobras. En el FFS, GMV en España colabora con SENER, responsable del control y del FDIR (Failure Detection, Isolation and Recovery); con NGC desde Canadá, responsable del AOCS (Attitude and Orbit Constrol System); y con GMV en Polonia, responsable del diseño, implementación y testeo de la función embarcada para el cálculo de posicionamiento relativo de los satélites basado en medidas GPS. Primera misión de vuelo en formación de precisión Proba-3 es la primera misión espacial de vuelo en formación de alta precisión del mundo. Los dos satélites que conforman la misión, Occulter y Coronograph, se mantendrán a una distancia de 150 m formando una gran estructura virtual rígida, con una precisión relativa entre ellos del orden de milímetros y de segundos de arco. La separación de los dos satélites de Proba-3 arrojarán una sombra a través del espacio que bloqueará el disco del Sol, revelando así detalles de la corona que lo rodea que suelen quedar ocultos por el propio brillo de la luz solar. Los dos sistemas pesan 350 kilos y 200 kilos respectivamente y serán controlados en el espacio mediante una lente y un detector. Esta estructura rígida virtual permitirá la recepción de órdenes de giro y apunte hacia cualquier dirección deseada. También será posible ajustar la distancia relativa entre los dos vehículos espaciales desde los 25 metros a los 250 metros. Con el fin de completar la validación de extremo a extremo de la tecnología de vuelo en formación, la misión incluye un instrumento científico, un coronógrafo, para la toma de fotografías de la corona solar interior. El sistema del coronógrafo se distribuirá en los dos satélites: uno llevará un detector y el segundo contará con un disco ocultador del Sol. Proba-3 demostrará la viabilidad de una tecnología de vital importancia que se podrá emplear por ejemplo en el desarrollo de grandes telescopios cuyos elementos principales (lentes y detectores) deban estar alejados, manteniendo sus posiciones y distancias relativas con una elevada precisión y estabilidad. La viabilidad de la tecnología de vuelo en formación evitará recurrir a estructuras desplegables pesadas y voluminosas reduciendo el coste de su puesta en órbita y operación. Imprimir Compartir Relacionados Espacio GMV, premiada por la Embajada Británica en España por su compromiso con el sector espacial Espacio GMV lidera la misión CyberCUBE de la ESA para reforzar la ciberseguridad espacial Espacio Sevilla acoge LangDev 2024: el sector aeroespacial y la seguridad, protagonistas